Sexy, elegante, reflexivo, con
gafas. Integrado en la vegetación. Cuenta con un fino instinto
centollero en su acervo genético y posee la habilidad de
aparentar que está pensando cuando en realidad duerme con
los ojos abiertos. Callado y discreto, su vida se rige por la
vieja máxima de G. Marx: Mejor estar callado y parecer gilipollas que hablar y
confirmarlo.