Al Bertone
Inventor del
calzoncillo reversible y de un analgésico para mejillones de
escaso éxito comercial, es también un gran admirador de El Lagarto Juancho.
Nacer
en tierra sarracena no le impidió a esta antigua estrella del
porno asimilar y hacer propios los mil y un matices de la cultura
centollera asturiana. Comensal curtido en innumerables banquetes a lo
largo y ancho del mundo aporta a la Asociación, a la hora de
juzgar un plato, un punto de vista sofisticado y cosmopolita. Ya
entrado en la sesentena, más sabio y reconvertido en empresaurio
dedica sus esfuerzos a conseguir hacer realidad el proyecto de su
vida: una fábrica de sombreros de oro macizo.
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