P. Ricco
El jefe
indiscutible. Severo, riguroso, incisivo, insobornable y despiadado; pierde todos esos atributos
en la
segunda botella de sidra. Hombre de gustos
exquisitos y apasionado de la música clásica (en especial la de Los
Pecos), del vino tinto y de otros licores espirituosos, aficiones que le han
acarreado multas y diversas consecuencias civiles y penales. En 2014 se
recuperó de una sobredosis de licor de pera. Ni los moluscos ni los
crustáceos tienen secretos para él.
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